Tras un caminar salpicado de desafíos, un día descubro la acuarela.
Empiezo entonces a experimentar otras técnicas, antes de confirmar la que me permite expresarme mejor: la pintura al óleo. Desde entonces, pinto con libertad total, libertad que ejerzo explorando una gran variedad de temas.
De mi vida ajetreada he conservado imágenes y modelos que poseen el talento de emocionarme y de matizar mis creaciones.
En busca de la felicidad, sigo mostrándome positiva y sonriente, disfrutando de los buenos momentos que la vida nos brinda. La energía que fluye de esto la traspaso a mis cuadros por medio de los temas variados y los colores vivos que utilizo. Lo que intento traducir en mis cuadros es, a la vez, las gentes con las que me cruzo, los sitios que visito, los acontecimientos a los que me enfrento.
Entro en mi taller como el que entra en su casa. Al principio de cada cuadro, inevitablemente, la expectativa se va esfumando poco a poco, para dejar sitio a formas, colores, ambiente.... El gesto se expresa tanto a través del pincel como del cuchillo, utensilios que se juntan a menudo en un mismo lienzo para desembocar finalmente en una obra altamente figurativa.
Me gusta que un dialogo pueda establecerse entre mi pintura y la mirada del visitante. Deseo sugerir un sentimiento, una emoción.
Pintar, para mí, es captar una instantánea de vida y hacer irradiar su belleza. Ésto supone la trasmisión de sentimientos, e incluso de placer...